El ritmo vertiginoso con que se mueve el mundo nos obliga a una sola cosa: movernos con la misma velocidad que lo hace él. Y es que si no lo hacemos nos quedamos rezagados, y el mundo nos aplasta. En …
El ritmo vertiginoso con que se mueve el mundo nos obliga a una sola cosa: movernos con la misma velocidad que lo hace él. Y es que si no lo hacemos nos quedamos rezagados, y el mundo nos aplasta. En …